Ansiedad social

¿Tienes mucho miedo de ser juzgado por otros? ¿Estás muy cohibido/a en situaciones sociales cotidianas? ¿Evitas conocer gente nueva?

Si te has sentido así durante al menos seis meses y estos sentimientos te dificultan realizar las tareas cotidianas, como hablar con la gente en el trabajo o en la universidad o en el Instituto, es posible que tengas un trastorno de ansiedad social.

El trastorno de ansiedad social es un miedo intenso y persistente de ser observado/a y juzgado/a por otros. Este miedo puede afectar en la realización de las actividades del día a día e incluso puede hacer que sea difícil hacer y mantener amigos. El tratamiento puede ayudarte a superar sus síntomas.

Caso real tratado en consulta

“En la escuela, siempre tuve miedo de que me preguntaran, incluso cuando sabía las respuestas. No quería que pensaran que era estúpida o aburrida. Mi corazón latía con fuerza y ​​me sentía mareada y enferma. Cuando comencé a trabajar, odiaba reunirme con mi jefe o hablar en una reunión. Nunca me sentí cómoda en eventos sociales, donde había gente nueva y para tratar de calmarme bebía antes, hasta que llegué a beber casi a diario para poder enfrentarme a las situaciones sociales cotidianas”.

Las personas con trastorno de ansiedad social tienden a: ruborizarse, sudar, temblar, sentir taquicardia o la "mente se queda en blanco", sentir náuseas o malestar estomacal. Muestran una postura corporal rígida, con poco contacto visual o voz demasiado tenue. Les resulta aterrador y difícil estar con otras personas, especialmente aquellas que aún no conocen, y les cuesta hablar con ellas aunque desearían poder hacerlo. Se muestran cohibidos/as y avergonzados/as o incómodos/as por miedo a les juzguen.

TDAH en adultos

El trastorno por déficit de atención / hiperactividad en adultos (TDAH) es un trastorno de salud mental que incluye una combinación de problemas persistentes, como dificultad para prestar atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. El TDAH en adultos puede llevar a relaciones inestables, bajo rendimiento laboral o escolar, baja autoestima y otros problemas.

Aunque se llama TDAH en adultos , los síntomas comienzan en la primera infancia y continúan hasta la edad adulta. En algunos casos, el TDAH no se reconoce o diagnostica hasta que la persona es adulta. Los síntomas del TDAH en adultos pueden no ser tan claros como los síntomas del TDAH en los niños. En los adultos, la hiperactividad puede disminuir, pero la lucha contra la impulsividad, la inquietud y la dificultad para prestar atención pueden continuar.

Muchos adultos con TDAH no saben que lo tienen, solo saben que las tareas diarias pueden ser un desafío.  Los síntomas del TDAH en adultos pueden incluir:

  • Impulsividad

  • Desorganización y priorización de problemas

  • Pocas habilidades de gestión del tiempo

  • Problemas para concentrarse en una tarea

  • Problemas para realizar múltiples tareas

  • Actividad o inquietud excesiva

  • Planificación deficiente

  • Baja tolerancia a la frustración

  • Cambios de humor frecuentes

  • Problemas para seguir y completar tareas

  • Temperamento caliente

  • Problemas para afrontar el estrés

Agorafobia

Las personas con agorafobia a menudo tienen dificultades para sentirse seguras en cualquier lugar público, especialmente donde se reúnen multitudes. Es posible que sienta que necesita un acompañante, como un familiar o amigo, que lo acompañe a los lugares públicos. El miedo puede ser tan abrumador que quizás se sienta incapaz de salir de casa.

La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad en el que se teme y evitan los lugares o situaciones que pueden hacerte entrar en pánico y hacerte sentir atrapado/a, indefenso/a o avergonzado/a. Se teme una situación real o anticipada, como usar el transporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer fila o estar entre una multitud.

La ansiedad es causada por el temor de que no haya una manera fácil de escapar o buscar ayuda si la ansiedad se intensifica. La mayoría de las personas que tienen agorafobia la desarrollan después de tener uno o más ataques de pánico, lo que hace que se preocupen por tener otro ataque y eviten los lugares donde puede volver a ocurrir.

Los síntomas típicos de la agorafobia incluyen miedo a:

  • Salir de casa solo/a

  • Multitudes o esperar en fila

  • Espacios cerrados, como cines, ascensores o pequeñas tiendas

  • Espacios abiertos, como estacionamientos, puentes o centros comerciales

  • Usar transporte público, como autobús, avión o tren

Estas situaciones causan ansiedad porque se teme que no se podrá escapar o encontrar ayuda si se comienza sentir pánico o tiene otros síntomas incapacitantes o vergonzosos.

Transtornos en la adolescencia

Transtornos en la adolescencia

Ser adolescente es difícil. Te sentirás estresado por tratar de ser agradable, desempeñarte bien en la escuela, llevarte bien con la familia y tomar decisiones importantes. La mayoría de estas presiones son inevitables y preocuparte por ellas es normal. Sin embargo, sentirte muy triste, desesperanzado o sin valor alguno puede ser un signo de advertencia de un problema de salud mental.

Transtorno de pánico

Transtorno de pánico

El trastorno de pánico es un tipo de trastorno de ansiedad. Causa ataques de pánico, que son sensaciones repentinas de terror sin un peligro aparente. La persona puede sentir como si estuviera perdiendo el control.

"Estaba sentada en clase y de la nada empecé a sentir el corazón a mil, me faltaba el aire y me pareció que perdía el control de manera extrema, me sentí morir y salí. Ahora vivo con miedo a volver a clase, cuando soy capaz de ir..., no sé, creo que me estoy volviendo loca..."

Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, incluso al dormir. No esperes a tener que dejar de realizar actividades normales, como ir a clase, para pedir ayuda.

Transtornos de personalidad

Transtornos de personalidad

Los trastornos de la personalidad son un grupo de enfermedades mentales. Involucran un patrón a largo plazo de pensamientos y comportamiento que no son saludables y resultan inflexibles. Esta conducta provoca problemas serios con las relaciones y el trabajo. Las personas con trastornos de la personalidad tienen dificultades para lidiar con el estrés y los problemas cotidianos. Suelen tener relaciones tormentosas con otras personas.

Transtorno de personalidad obsesivo

Transtorno de personalidad obsesivo

Una persona con este trastorno tiene síntomas de perfeccionismo que generalmente comienzan a principios de la edad adulta. Dicho perfeccionismo puede interferir con la capacidad de la persona para completar tareas debido a que sus estándares son muy rígidos. Ellas se pueden aislar emocionalmente cuando no son capaces de controlar una situación. Esto puede interferir con su capacidad para resolver problemas y formar relaciones interpersonales estrechas.

Trastorno bipolar

El trastorno bipolar es un trastorno mental crónico o episódico (lo que significa que ocurre ocasionalmente y a intervalos irregulares). Puede causar cambios inusuales, a menudo extremos y fluctuantes en el estado de ánimo, la energía, la actividad y la concentración o el enfoque. El trastorno bipolar a veces se denomina trastorno maníaco-depresivo o maníaco depresivo , que son términos más antiguos.

Todo el mundo pasa por altibajos normales, pero el trastorno bipolar es diferente. La variedad de cambios de humor puede ser extrema. En los episodios maníacos, alguien puede sentirse muy feliz, irritable o "despierto" y hay un marcado aumento en el nivel de actividad. En los episodios depresivos, alguien puede sentirse triste, indiferente o desesperado, en combinación con un nivel de actividad muy bajo. Algunas personas tienen episodios hipomaníacos, que son como episodios maníacos, pero menos graves y molestos.

Algunas personas con trastorno bipolar pueden tener síntomas más leves que otras con el trastorno. Por ejemplo, los episodios hipomaníacos pueden hacer que el individuo se sienta muy bien y sea muy productivo; es posible que sientan que nada anda mal. Sin embargo, la familia y los amigos pueden notar los cambios de humor y los cambios en los niveles de actividad como un comportamiento diferente al habitual, y la depresión grave puede seguir a episodios hipomaníacos leves.

Duelo complicado

El duelo es el período de dolor después de una muerte. Se puede experimentar el dolor como una reacción mental, física, social o emocional. Las reacciones mentales pueden incluir ira, culpa, ansiedad, tristeza y desesperación. Las reacciones físicas pueden incluir problemas para dormir, cambios en el apetito, problemas físicos o enfermedades.

Perder a un ser querido es una de las experiencias más angustiantes y, desafortunadamente, comunes que enfrentan las personas. La mayoría de las personas que experimentan un dolor y un duelo normales tienen un período de dolor, entumecimiento e incluso culpa e ira. Gradualmente, estos sentimientos se alivian y es posible aceptar la pérdida y seguir adelante.

La duración del duelo puede depender de la cercanía de la persona que murió, si se esperaba la muerte de la persona y otros factores. Los amigos, la familia y la fe pueden ser fuentes de apoyo. El asesoramiento o la terapia de duelo también son útiles para algunas personas.

Para algunas personas, los sentimientos de pérdida son debilitantes y no mejoran incluso después de que pasa el tiempo. Esto se conoce como duelo complicado, a veces llamado trastorno de duelo complejo persistente. En el duelo complicado, las emociones dolorosas son tan duraderas y severas que pueden complicar el hecho de reanudar la propia vida.

Autolesión

La autolesión es cuando una persona se lastima su propio cuerpo a propósito. Las lesiones pueden ser leves, pero a veces pueden ser graves. Pueden dejar cicatrices permanentes o causar problemas de salud graves. Algunos ejemplos son

  • Cortarse (como usar una hoja de afeitar, un cuchillo u otro objeto afilado para cortarse la piel)

  • Golpearse a sí mismo o golpear cosas (como una pared)

  • Quemarse con cigarrillos, cerillas o velas

  • Arrancarse el cabello

  • Romperse los huesos o hacerse moretones

La autolesión no es un trastorno mental. Es un comportamiento, una forma poco saludable de lidiar con sentimientos fuertes. Sin embargo, algunas de las personas que se hacen daño a sí mismas tienen un trastorno mental.

Las personas que se hacen daño a sí mismas no suelen intentar suicidarse. Pero tienen un mayor riesgo de intentar suicidarse si no reciben ayuda.