Las personas con trastornos de la personalidad por evitación no pueden dejar de pensar en sus propias limitaciones y establecen relaciones interpersonales con otras personas solo si creen que no serán rechazadas. La pérdida y el rechazo son tan dolorosos que estas personas prefieren estar solas antes que arriesgarse a tratar de conectarse con otros.
Una persona con trastorno de la personalidad por evitación puede ser fácilmente lastimada cuando la gente la critica o la desaprueba, refrenarse demasiado en las relaciones íntimas, resistirse a involucrarse con otras personas, evitar actividades o trabajos que impliquen contacto con los demás, ser tímida en situaciones sociales, por miedo de hacer algo mal, hacer que las dificultades potenciales parezcan peores de lo que son, creer que no son buenas socialmente, o que son poco atractivas.