El trastorno de pánico es un tipo de trastorno de ansiedad. Causa ataques de pánico, que son sensaciones repentinas de terror sin un peligro aparente. La persona puede sentir como si estuviera perdiendo el control.
"Estaba sentada en clase y de la nada empecé a sentir el corazón a mil, me faltaba el aire y me pareció que perdía el control de manera extrema, me sentí morir y salí. Ahora vivo con miedo a volver a clase, cuando soy capaz de ir..., no sé, creo que me estoy volviendo loca..."
También pueden presentarse síntomas físicos, tales como: latidos rápidos del corazón (taquicardia), dolor en el pecho o en el estómago, dificultad para respirar, debilidad o mareos, transpiración, calor o escalofríos, hormigueo o entumecimiento de las manos.
Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar y sin previo aviso. La persona puede tener miedo de otra crisis y evitar los lugares en los que sufrió una crisis anteriormente. En algunos casos, el miedo domina su vida y pueden llegar a temer salir de sus casas.
Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento, incluso al dormir. Algunas veces comienza cuando una persona se encuentra sometida a mucho estrés.
No esperes a tener que dejar de realizar actividades normales, como ir a clase, para pedir ayuda…, la terapia puede ayudarte. La mayoría de las personas mejora con el tratamiento, incluso tras una sola cita.